miércoles, 24 de junio de 2009

PILLAHUINCO-Sa. de la Ventana

PILLAHUINCO
El hombre habita la región desde hace 8500 a 9000 años, conforme a las referencias arqueológicas existentes.Hasta la época de la colonización, el territorio estuvo ocupado fundamentalmente por los Tehuelches del Norte, aunque con alguna influencia de diversas corrientes provenientes del área mediterránea argentina. Dado que siempre fueron grupos nómades, cazadores-recolectores, hubo un flujo y modificación permanente de las distintas corrientes poblacionales naturales. Entre las variadas denominaciones posibles, la más abarcadora es la de Pampas o Tehuelches Pampas. En los últimos siglos el territorio se fue araucanizando lentamente, sumándose a las corrientes primitivas. Si bien el área estuvo bajo la influencia de los grandes soberanos de la que se llamó Nación Pampa, Calfucurá, Namuncurá, Pincén y Catriel, la mayor presencia estuvo dada por las tribus catrieleras, tales como las de los caciques Llanguelén, Ancaligún, Afuré, Epuán, Pichiloncoy, Lincoln, Anepán, Cachul, etc. Cuando se produce la denominada Conquista del Desierto, los habitantes naturales son desplazados en su totalidad hacia el Sur. Puede decirse que la conquista finaliza en esta zona en el año 1876, con la batalla de Paragüil. En 1865 se decreta la fundación de un pueblo a orillas del arroyo Pillahuincó. Más tarde esa decisión queda sin efecto. Pillahuincó ya aparece, en esa época, señalada como una aldea o población primitiva en una carta postal de la República Argentina (Biblioteca Museo Mitre), aunque no existen otras referencias al respecto. El 5 de Julio de 1882 la Legislatura provincial sanciona la ley Nº 1497, de creación del partido de Coronel Pringles, promulgada por el gobernador Dardo Rocha el día 10 de Julio, por la cual se dividió al Partido de Tres Arroyos en tres distritos, surgiendo así Coronel Pringles El 24 de septiembre de 1882 asume Juan Pablo Cabrera, en su cargo de juez de paz, convirtiéndose en la primera autoridad del partido, quién tras una reunión con los vecinos, firma el acta fundacional, creándose la primera Comisión Municipal. Este acto fundacional se realizó en el paraje y pulpería `La Alfalfa`, ubicado a 60 kilómetros de la actual ciudad. Si bien durante muchos años se celebró el nacimiento de este partido en fecha 10 de julio, finalmente se estableció el día 24 de septiembre de 1882 como la fecha conmemorativa de la fundación del partido. El pueblo de Coronel Pringles fue creado por decreto provincial del 28 de mayo de 1883, junto con otros doce pueblos bonaerenses. Seis meses después se aprobaron los planos de mensura y se ordenó el respectivo amojonamiento de solares, quintas y chacras, reservándose los terrenos necesarios para la construcción de edificios públicos y otros fines de interés general. El 19 de julio de 1934, Coronel Pringles fue declarada ciudad.
El nombre del Coronel Juan Pascual Pringles, en honor al capitán de granaderos del glorioso ejército del General San Martín, héroe del Combate de Chancay, en las luchas por la independencia y en la gesta sanmartiniana.
El nombre natural de la región es Pillahuincó, que proviene de los vocablos `Pillawin`, que significa achira o achiras, y `có`, agua o arroyo. Es decir `Arroyo de las achiras`. Llas primeras cartas geográficas que aparecen escritas en español consignan a los arroyos Pillahuincó Grande y Pillahuincó Chico como arroyos Achiras Grande y Achiras Chico, mientras que el cordón serrano de Pillahuincó (perteneciente al sistema de Ventania) figura como Sierra de las Achiras. Hasta 1890 el partido estuvo administrado por comisiones municipales, año en que se instituyó el gobierno representativo y el señor Felipe S. Medina se convierte en el primer intendente electivo. Entre los años 1880 y 1890, paralelamente a la rendición, muerte o sometimiento de los caciques indígenas ocurridos en el país, ya fuera del territorio pringlense, se inicia una fuerte corriente inmigratoria, fundamentalmente de italianos y españoles (entre los que se cuentan los vascos), seguidos de alemanes del Volga, franceses, suizos, alemanes, galeses y portugueses, entre muchos otros.


Información acerca del cerro del Uritorco, algo que no se cree y se sabe desde hace mas de 1000 años en europa.
Hay misterios que parecen que no lo son tanto por que pasan de boca en boca de generación en generación hasta que habitualmente pasan a formar parte de tu acervo cultural, ya sea una novela, una opera, o una leyenda mas viva que nada.
Cerro Uritorco Cordoba (Argentina)
La historia
Las leyendas suelen ser relatos épicos con escasa credibilidad histórica, pero en este caso, la existencia de una serie de textos aportan a este enigma, un carácter de realismo, involucrando a las tierras de nuestro país. El trovador Chretien de Troyes (1140), en principios del siglo XI, escribiría el poema que estaría basado en viejos relatos legendarios de un caballero germano y que daría comienzo a una gran obsesión de todo buscador de misterios del pasado: "Parsifal o la Historia del Grial".
Entre 1150 y 1170, Wolfram Eschenbach, bardo alemán, se suma al enigma con un poema titulado "Vida y Milagros" de Parsifal, el cual relata una historia acerca de la custodia del Santo Grial y de un Bastón de Mando, también conocido como la Piedra de la Sabiduría. El nombre Parsifal realmente, proviene de una palabra del antiguo idioma sánscrito, para designar al "Hombre de Persia".
Algunas mitologías muy antiguas de la India, Afganistán, Persia, Pamir y el Tíbet, extrañamente ya nombraban a este enigmático personaje hace 7 ó 8 mil años. Tales leyendas tomarían realismo en el siglo XII con la aparición en Germania de un caballero que se desempeña en la corte inglesa del Rey Arctor. Aparentemente Parsifal sería ingresado en la Orden de los Caballeros Templarios. Esta orden hermética, tendría a su cargo, la custodia de los elementos sagrados que rodearon a Cristo.
Según el poema de Escenbach, el caballero Parsifal, fue asignado como custodio del Grial y el Bastón de Mando y viaja entonces a las tierras de Argentum para depositar estos elementos en el cerro sagrado de Viarava (Uritorco - Córdoba). Esta obra a manera de "canto" sirvió además, de base inspirativa a Wagner para la creación de su ópera "Parsifal". En la composición se encuentran algunos versos por demás interesantes para dilucidar este enigma:
"En qué lejana cordillera podrá encontrar a la escondida Piedra de la sabiduría ancestral que mencionan los versos de los veinte ancianos, de la isla Blanca y de la estrella Polar. Sobre la montaña del Sol con su triángulo de luz surge la presencia negra del Bastón Austral, en la Armónica antigua que en el sur está. Sólo Parsifal, el ángel, por los mares irá con los tres caballeros del número impar, en la Nave Sagrada y con el Vaso del Santo Grial, por el Atlántico Océano un largo viaje realizará hasta las puertas secretas de un silencioso país que Argentum se llama y siempre será".
En el siglo XII nadie había escuchado hablar de las tierras Americanas y menos de Argentum (Argentina), además de saber su localización "cruzando el Océano Atlántico".
Se dice que el Santo Grial fue el recipiente en el cual se recogió la sangre de Cristo en el momento que fue herido por el soldado romano Longino con su lanza. La historia prosperó y una gran cantidad de relatos y acontecimientos reales o no, rodearon a este mítico elemento. Buscadores a lo largo de la historia buscaron por todo el globo, encontrar y poseer esta supuesta reliquia. Lo cierto es que uno de los más famosos guardianes conocidos a través de estos poemas épicos, es el caballero Parsifal. Los relatos hablan que este guardián templario tenía otra obsesión: El rescate y resguardo de otra pieza, al parecer se trataría de un bastón mágico conocido entre las sociedades secretas como "Piedra de la Sabiduría", "El bastón de Mando" o "Piedra que Habla".
Este objeto fue ciertamente "olvidado" entre quienes se obsesionaron y orientaron su búsqueda en exclusiva al Grial. A pesar de muchas deformaciones propias de relatos que sobrevivieron de generación en generación, la historia del Bastón de Mando encontró con el tiempo un elemento que podría dar credibilidad a la historia. Existieron a lo largo de la historia muchas expediciones que trataron infructuosamente de hallar a la "piedra de la sabiduría", el mismo Hitler habría enviado a expedicionarios por todo el territorio Sur quienes habrían sido autorizados a actuar por el mismísimo Gral.Perón.
Hitler quien era conocedor de los más variados conocimientos ocultos, quería poseer los objetos a los cuales se le atribuyen poder entre las sociedades herméticas.
En 1830 un ambicioso jefe Araucano quien conocía las leyendas del bastón, encabezó búsquedas por las sierras de la Ventana, Tandil, Balcarce, Pillahuincó, San Luis y Córdoba. El jefe araucano Calfucurá sabía que quien poseyera el bastón, dominaría el "mundo".
Quien revise cuidadosamente las tradiciones y relatos de los Comechingones (la tribu que dominó extensas regiones del norte y centro de la Argentina), encontrará relatos que hablan de "la llegada de un hombre blanco y barbado que proveniente de tierras lejanas, habría muerto en la Montaña Sagrada y que se habría convertido en el eterno guardián de la Piedra de la Sabiduría".
Como si tratase de un elegido, una persona de nombre Orfelio Ulises, en 1934 encontró el preciado bastón, evitando que cayera en manos de Hitler, quien ya poseía la famosa lanza de Longino. No por casualidad la mítica piedra llegó a sus manos, Ulises habría permanecido durante ocho años en el Tíbet en donde fue adentrado e iniciado en los conocimientos esotéricos. Al parecer los mismos maestros ocultos en el Tíbet fueron los que enseñaron la localización exacta del bastón y sus poderes ocultos.
Según los legados trasmitidos al propio Orfelio Ulises, el Bastón fue creado para "regenerar" a la especie humana y debe ser custodiado por un "guardián" hasta que llegue el momento que llegue quien reconozca y sepa utilizar su poder. La "Piedra de la Sabiduría" contiene todas las respuestas.
Al parecer Orfelio Ulises a su regreso del Himalaya, excavando al pie del Cerro Uritorco, localizado en Capilla del Monte, Córdoba, se encontró con este maravilloso bastón negro de basalto pulido.
Aquella pieza, según Ulises se trataría de la mitológica pieza y muchos maestros herméticos que habrían llegado hasta ésta, supuestamente comprobaron su legitimidad. La pieza permanece desde la muerte de Ulises, en celosa custodia de una sociedad hermética iniciática de Argentina.
En 1948, el arqueólogo alemán Jorge Von Hauenschild, estudioso de la tradición del Grial y el Bastón de Mando, examinó meticulosamente la pieza concluyendo que: El pulido es característico del período neolítico por lo cual se calcula su antigüedad en 8.000 años AC. El bastón tiene una longitud de 1,10 m., está trabajado de forma cónica, con 4 centímetros en su parte más ancha en la base. El peso total es de cuatro kilos. Por estudios realizados con detectores electromagnéticos y espectrales, se comprobó que el mismo genera intensos campos electromagnéticos de origen desconocido. Se supone que estos campos podrían generar en alguien con ciertas condiciones energéticas específicas, una "conexión" parafísica con otras realidades o conocimientos iniciáticos. Otros sugieren que este bastón es la "llave" para adentrarse en el Santo Grial, que no sería otra cosa más que un camino al conocimiento supremo y al cual se accedería poseyéndolo.
Lo cierto es que los poderes adjudicados a este Bastón de la Sabiduría no ha cambiado los designios de las tierras del Sur y hasta el momento quienes parecen reclamarlo a pesar de ocupar espacios de poder, nada se asemejan a "maestros iluminados" o "redentores de la raza".

Cuentan que hace muchos, muchísimos años, cuando estas sierras estaban pobladas por indígenas, en medio de un pequeño valle y al amparo de las rocas, se levantaba una choza muy humilde.
En ella vivía junto a su anciano padre, un joven indiecito llamado Jahe.
Jahe era un muchacho apuesto, alegre y, por sobre todas las cosas, muy laborioso.
Diariamente se lo veía trepar por las sierras y remontar los arroyos en busca de los alimentos que pródigamente le proporcionaba la naturaleza. Salvaje, tan salvaje como ahora.
Y una de esas tardes en que regresaba de sus acostumbradas cacerías, Jahe se detuvo a escuchar el canto de un pájaro. Era un canto diferente al de su amigo el jilguero. No se parecía tampoco al de la calandria imitadora. Ni al del churrinche que tantas veces lo saludaba temprano.
¿Quién era entonces ese nuevo músico serrano? Atrapado por la curiosidad, se acerco sigilosamente al lugar de donde provenía el canto, pensando que tal vez seria algún pájaro desconocido; venido de otras tierras. Pero cuando lo descubrió, su sorpresa no tuvo limite. No se trataba de un pájaro, sino que la melodía provenía de la garganta de una bellísima muchacha.
Ipona era su nombre, y desde el día que Jahe conoció a Ipona, todos sus pensamientos fueron para ella.
El amor floreció rápidamente y con fuerza incontenible en el corazón de ambos jóvenes. Su felicidad era solamente comparable con la inmensidad que los rodeaba cuando contemplaban el mundo desde Cashuati, la cumbre mas elevada.
Su felicidad era reflejada en el agua de cristal del Hueyque Leufú que descendía viboreando de Catanlil y se deslizaba cantando saltarín junto al Pillahuincó.
Y así, siempre juntos, Ipona y Jahe esperaban dichosos tener lo suficiente para casarse. Claro que, para casarse, Jahe primeramente tendría que hacerse hombre y, según los ritos y las leyes indígenas, únicamente lograban ser hombres aquellos que superaban airosamente las pruebas de fuerza y de destreza a que eran sometidos anualmente todos los muchachos de la tribu.
De manera que nuestro joven enamorado se presento ese año a la competencia. Y con la sonrisa y el canto de Ipona en su mente poco le costo superar las dos primeras pruebas, en las que además resultó como triunfador. Faltaba la última prueba, la mas difícil.
Era habitual que el ganador, además de acreditarse el flamante título de hombre, recibiera un valioso premio. En esa oportunidad el premio seria muy especial y les fue anunciado a los participantes antes de iniciarse esta tercera y ultima prueba; quien pudiera permanecer encerrado durante cinco lunas, totalmente atado con cueros frescos de animales, ese año tendría como premio el honor de casarse con Cauté, la hija del cacique de la tribu.
Jahé era el candidato a ganar. Pero Jahé no quería ganar. Su corazón pertenecía a la bella Ipona.
A medida que el sol contraía los cueros, a medida que los participantes iban abandonando, Jahé que no quería ganar. Tampoco quería abandonar. Y así, gracias a su fortaleza resistió hasta el final.
Cuando los ancianos de la tribu se dirigieron a desatarle los cueros para declararlo vencedor, no lo encontraron allí. Solo había en ese lugar un pájaro de color canela-rojizo, que salió volando, que se fue a pararse a la rama mas alta de un guaribay cercano.
Desde allí emitió su canto, un llanto de soledad que abrió una honda herida en el cielo. El eco de su fuerte grito salto mil veces de ladera en ladera. Fue transportado a través del aire lastimado y llego finalmente a los oídos de otro pájaro que se acerco volando a la alta rama.
Otro pájaro que canto junto a el con la misma voz que la bella Ipona. Y en ese momento, el las ramas mas altas del guaribay se estaba celebrando una extraña boda. La boda para la que Jahé había querido ser hombre. Ipona y Jahé se habían casado tal cual lo habían soñado. Ya no se separarían jamás y siempre cantarían juntos.
Por eso es que las parejitas de horneros una vez que constituyen su hogar, no se separan hasta la muerte y es por eso que los horneritos siempre cantan juntos

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